El Paso de la Laguna Estigia
Narración:
Me encontraba yo en mi casa, en el reino de Funga (un reino alejado del mundo). Era un día soleado, estábamos en verano, en el siglo más lejano del presente. Allí estaba yo, preparado para robar al rey Montero. Me había quitado todo mi dinero a base de impuestos. Estábamos tres amigos y yo. Nos escabullimos por la puerta de atrás del castillo pero en el último momento mis tres amigos pararon y me dijeron:
-Traidor, crees que íbamos a robar a nuestro honrado rey!
-Guardias, aqui está el traidor! No lo dejen escapar.
-Noooooo, pensé que éramos amigos!
-Éramos, pero la oferta que nos hizo el rey para atraparte era irrecusable. Perdón, “amigo".
Y así fué, trés de mis mejores amigos me traicionaron. Los guardias me encapucharon y me subieron a una carroza. No sabía para dónde me llevaban, pero pasado un rato la carroza se detuvo, los guardias me sacaron de dentro y me tiraron al suelo. Me quitaron la capucha y lo que vi fué una barca en la orilla del mar. Me dijeron que entrara y que me largara del reino. Lo único que había en la barca era una bolsa con comida y dos remos. Los guardias empujaron la barca hasta que estuviera bien metida en el agua y después me dijeron:
- iRema! iLárgate de este reino y muérete en el mar bravo con las criaturas infernales que allí habitan! iY cuando mueras irás al infierno donde Satanás te estará esperando!
Y así fué cuando mi aventura en el mar abierto empezó.
En el primer día remé mucho hasta el mediodía y después paré para comer porque estaba exhausto y también para administrar mis recursos alimenticios. En mi bolsa con comida había escasez de mantenimientos. Apenas contenía un pequeño trozo de carne; siete patatas grandes y rígidas; dos largas zanahorias y un buen trozo de pan francés. Comí media patata, un trozo de zanahoria y fue lo suficiente para seguir remando.
Cuando terminé de comer seguí remando hasta el anochecer y así poder dormir hasta que el sol naciera por la mañana. Pero me encontré con una tormenta, no muy agresiva pero lo suficiente para no poder dormir y tener que seguir remando por la noche. Felizmente tuve fuerzas para atravesarla, pero solo al amanecer pude descansar un rato. Tampoco quería descansar durante el día, porque esas horas era importantes para intentar pesar algo, pues sabía que iba a sentir hambre sino racionara bien las cantidades que tenía. Entonces decidí hacer un esfuerzo para mantenerme despierto. Preparé todo para pescar, o simplemente intentar pescar, porque pasadas tres horas todavía no me había tocado nada. Finalmente, cuando estaba a punto de desistir noté que algo estaba rozando el hilo de pescar. Eso para mí fue una señal. Las corrientes marinas estaban cambiando su rumbo lo que me hizo sentir algo desconcertado. De repente tuve un dejavu, sentía que ya había pasado por eso alguna vez. Mientras estaba perdido en mis pensamientos, la corriente me arrastró y de repente llegué al sitio más bonito que había visto nunca. Era como si estuviera entre dos destinos completamente opuestos. Me estaba sintiendo desafiado, como si tuviera que escoger a donde ir. En una margen del río se veía un sitio encantado, maravilhoso, increíble… En el otro margen se apreciaba un sitio igualmente increíble pero con “mal” aspecto. Parecía todo abandonado y había partes en fuego. Me hacía recordar el paraíso y el infierno. No entendía porque esto estaba ocurriendo. Ahí fue cuando me dí cuenta de que estaba muerto y que me estaban dando a escoger si quería el infierno o el paraíso. Suponí que tenía que escoger lo que fuera más justo según las decisiones que había tomado en mi vida. Creo que era la desición más dificil que tenía que tomar nunca, pero tampoco sabía por qué me daban la opción de escoger, Pero estaba decidido. Yo merecía el paraíso, nunca he traicionado a nadie ni había pecado demasiado. Entonces entré en ese nuevo mundo con ganas de vivir nuevas experiencias.
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